La farmacocinética es la rama que estudia cómo varían las concentraciones y cantidades de fármacos y sus metabolitos en el cuerpo a lo largo del tiempo. Evalúa su comportamiento en líquidos biológicos, tejidos y excretas, y cómo esto se relaciona con la respuesta farmacológica. Mediante estos estudios, es posible establecer los regímenes de dosificación más adecuados para un tratamiento terapéutico.
Los procesos clave de la farmacocinética incluyen:
Estos estudios ayudan a seleccionar la dosis, vía de administración y pautas para maximizar la eficacia y minimizar riesgos en un tratamiento.
La farmacocinética clínica estudia cómo varían las concentraciones de los fármacos en la sangre y cómo estas concentraciones se relacionan con los efectos que generan, sean terapéuticos o tóxicos. Es decir, se enfoca en lo que sucede con el fármaco dentro del cuerpo humano a lo largo del tiempo.
Existen ciertos factores que pueden influir en estas concentraciones:
El objetivo de la farmacocinética clínica es encontrar un equilibrio donde la concentración del fármaco en sangre sea suficiente para generar el efecto deseado, pero sin llegar a niveles que resulten tóxicos. Así, se busca ajustar la dosis y la frecuencia de administración para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos.
La concentración de un fármaco en su lugar de acción depende de tres procesos principales: