Sí, es posible que existan tipos de cáncer que sean muy incidentes (es decir, que se diagnostiquen muchos casos nuevos) pero que tengan baja prevalencia. Esto ocurre principalmente debido a una alta mortalidad o supervivencia corta. Vamos a ver por qué:
Razones:
- Alta mortalidad en poco tiempo: Si un cáncer tiene una alta tasa de incidencia, pero es altamente letal y los pacientes mueren poco tiempo después del diagnóstico, su prevalencia será baja. Esto se debe a que la prevalencia mide el número de personas vivas con la enfermedad en un momento determinado. Si muchos de los pacientes fallecen rápidamente, el número de personas vivas con ese cáncer será bajo.
- Ejemplo: El cáncer de páncreas es un ejemplo clásico de un cáncer con alta incidencia pero baja prevalencia. A pesar de que se diagnostican muchos casos nuevos, su letalidad es tan alta que pocos pacientes sobreviven a largo plazo, lo que reduce su prevalencia.
- Supervivencia corta: Algunos cánceres tienen una evolución muy rápida y agresiva. Aunque se detecten muchos casos (alta incidencia), la mayoría de los pacientes fallecen en poco tiempo, reduciendo así la prevalencia a largo plazo.
- Diagnóstico en etapas avanzadas: Cánceres que se diagnostican en etapas avanzadas tienen menos probabilidades de ser tratados con éxito, lo que también contribuye a una alta mortalidad y, en consecuencia, a una baja prevalencia.
Contraste con cánceres menos letales:
Por el contrario, los cánceres como el de mama o próstata tienden a tener una alta prevalencia porque aunque su incidencia también es alta, las tasas de supervivencia son mucho mayores. Esto significa que más personas viven con la enfermedad durante largos periodos de tiempo, lo que aumenta su prevalencia.
En resumen:
Un cáncer puede ser muy incidente pero tener baja prevalencia si tiene una alta mortalidad y baja supervivencia, lo que provoca que las personas diagnosticadas fallezcan rápidamente después del diagnóstico, reduciendo el número de personas vivas con ese cáncer en un momento determinado.