El sesgo es un error o distorsión que ocurre en un estudio o experimento cuando los resultados se ven influenciados de manera no intencional. Este puede llevar a conclusiones incorrectas porque se inclinan hacia un resultado específico, en lugar de reflejar la realidad de manera imparcial. El sesgo puede originarse en diferentes etapas del proceso, como en la recolección de datos, selección de muestras, o incluso en la interpretación de los resultados.

Existen varios tipos de sesgo, entre los más comunes:

• Sesgo de selección: Ocurre cuando la muestra no es representativa de la población que se quiere estudiar. Esto puede suceder si se eligen participantes de manera incorrecta o de forma no aleatoria.
• Sesgo de información: Surge cuando los datos recolectados son inexactos o incompletos, ya sea porque los participantes no recuerdan bien o porque los investigadores interpretan mal los datos.
• Sesgo de confirmación: Es cuando el investigador interpreta los resultados de manera que respalden sus hipótesis o creencias previas.

El enmascaramiento en los experimentos, como el uso de doble ciego o triple ciego, es una forma de reducir el sesgo y evitar que las expectativas de los participantes o investigadores afecten los resultados.